“El habitante, una distópica obra de clown”

El Habitante es una obra teatral de clown donde se apuesta por una construcción desde la comedia física y del lenguaje del cuerpo, prescindiendo del texto literario.

“El Habitante, una distópica obra de clown”, se presentará en la última fecha del ciclo “Yo Lo Viví, experiencias en artes escénicas”, que tendrá lugar el miércoles 8 de octubre a las 10 y 14 hs en la Sala Mayor del Teatro Municipal. La entrada es gratuita con inscripción previa en [email protected].

La obra cuenta con idea e interpretación de Mauricio Tejera Ferrúa y dirección, dramaturgia y diseño de luces de Lucas Cristofaro De Vincenti.

Sobre la obra

“El Habitante” plantea un viaje hacia un futuro distópico, y a través de diferentes gags físicos y rítmicos cuenta la vida de su único protagonista, Habitante, un ser desprovisto de subjetividad, mientras sobrevive en un mundo derrumbado. Una mirada que invita a la reflexión sobre ciertos comportamientos contemporáneos. O mejor dicho ¿a dónde pueden llevarnos?

Este unipersonal invita al espectador a sentarse dentro del living de Habitante, un hombre de un futuro indefinido donde la tecnología ha avanzado a niveles tan altos que toda la vida de una persona puede organizarse a través de un teléfono demasiado inteligente.

A lo largo de la obra vemos una secuencia de acciones que se repite, con marcadas variaciones, que nos da la idea de que este personaje está atrapado en su rutina. Pero también entendemos que vive encerrado en su casa. Todas las mañanas la radio insiste en pasar el boletín sanitario donde se anuncian nuevas enfermedades, epidemias, mutaciones de otras pandemias

El Habitante reflexiona sobre los vínculos sociales en las grandes ciudades y la vida en la postpandemia, haciendo foco en el triángulo tecnología-trabajo-entretenimiento, pero también plantea una mirada acerca de los consumos problemáticos, la preservación de la naturaleza y el cuidado de la propia salud.

Puesta en escena

La puesta en escena de El Habitante es una invitación a compartir la particular vida cotidiana del personaje, por eso se apuesta a un formato intimista, pensada principalmente para salas, aunque con la versatilidad propia del clown para adaptarse a cualquier espacio escénico.

El espacio escenográfico planteado es un departamento monoambiente construido con poco mobiliario. Un sillón, una pequeña mesa, una puerta al fondo y un gran teléfono inteligente que a su vez es la radio y el único medio de comunicación con el exterior. En el monoambiente hay también una curiosa máquina llamada EnergyLife, donde Habitante debe realizar ejercicios físicos diarios para producir su porción de energía.